Es muy importante no descuidar nuestra salud íntima durante los meses de verano pues es una época en la que se producen algunos cambios que pueden ser causantes de infecciones o dolencias en nuestra zona vaginal.

Veamos algunos de estos factores que pueden afectar:
- Nuestra rutina, ya sea laboral, familiar o estudiantil cambia. Posiblemente estemos más tiempo fuera de casa, en piscinas, playas, etc. y por lo tanto este cambio en nuestro día a día puede modificar la forma habitual de cuidar nuestra higiene y salud.
- El calor y la humedad, propia del verano, como los baños en piscinas y en el mar modifican las características del medio vaginal y vulvar, haciéndolos más susceptibles. Estos cambios pueden provocar la aparición de signos y síntomas tales como el enrojecimiento, mayor flujo vaginal, picores, molestias o dolor durante las relaciones sexuales.
- El uso de otro tipo de vestimenta, tejidos, así como de bañadores o bikinis, mantienen nuestra zona íntima, en muchas ocasiones, con humedad y calor. Estos dos factores predisponen el cambio de la flora vaginal y puede aumentar la presencia de cándidas, en ocasiones desarrollando candidiasis clínica con sintomatología que debe consultarse y tratarse.
- En algunas ocasiones también se inician nuevas relaciones que pueden predisponer a determinadas infecciones de transmisión sexual; por lo que recomendamos encarecidamente el uso del preservativo, independientemente del método anticonceptivo utilizado.
Qué es la Candidiasis vulvovaginal y qué síntomas tiene
Una de las consultas más frecuentes en ginecología durante estos meses de verano tiene que ver con la candidiasis vulvovaginal. Es una enfermedad muy frecuente en mujeres.
La Candida Albicans es un hongo microcópico que forma parte de la flora del tracto gastrointestinal y genitourinario. En ocasiones se produce un desequilibrio de las condiciones del medio donde se encuentra, prolifera y produce infecciones, llamadas candidiasis.
Es una infección tan molesta como poco peligrosa y provoca entre otros síntomas: irritación vulvar, escozor y molestia al orinar, sequedad y dolor durante las relaciones sexuales.
Es aconsejable realizar una consulta ginecológica para diagnosticar bien este tipo de infección y tomar las medidas necesarias para curarla.