Trastorno disfórico premenstrual

El trastorno disfórico premenstrual es una forma agravada del llamado síndrome premenstrual, y se caracteriza por la aparición de una serie de síntomas que se manifiestan en la segunda parte del ciclo menstrual y que desaparecen tras el inicio de la menstruación.

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Mientras que el Síndrome Premenstrual (SPM) afecta a un 75% de las mujeres, el Trastorno Disfórico Premenstrual (TDPM) lo padece el 5-8% de las mujeres.

 

Causas

La causa o causas del síndrome se desconocen, aunque, por su carácter cíclico, se cree que está relacionado con los cambios hormonales propios del ciclo menstrual.

No se descartan los factores neurobiológicos (cambios relacionados con la serotonina y otros neurotransmisores), e incluso, los genéticos.

 

Síntomas

Los síntomas más comunes del TDPM

Síntomas psico-emocionales:

  • Irritabilidad y/o ansiedad y/o ataques de pánico
  • Tristeza o desesperanza con tendencia al llanto e, incluso, posibles ideas suicidas
  • Problemas para conciliar el sueño o tener un sueño reparador o hipersomnia
  • Falta de interés en las actividades diarias
  • Dificultad para concentrarse y disminución del rendimiento intelectual
  • Sentimiento de pérdida de control de la vida
  • Consumo compulsivo ciertos alimentos o comer en exceso

 

Síntomas físicos:

  • Distensión abdominal
  • Hipersensibilidad en las mamas
  • Dolor muscular o articular
  • Aumento de peso por retención hídrica
  • Cefaleas
  • Fatiga o decaimiento
  • Estreñimiento o diarrea
  • Brotes de acné

 

No todos los síntomas aquí descritos se manifiestan necesariamente en todas las pacientes. Para ser considerado como disforia, se precisa que, al menos, esté presente alguno de los síntomas referidos a la esfera emocional o comportamental.

 

Diagnóstico

El diagnóstico se basará en una historia clínica completa, tratando de identificar los síntomas presentes, el momento de su aparición, la gravedad de los mismos y como afectan a la paciente en su esfera emocional, su comportamiento psico-social o su capacidad laboral.

Se llevará a cabo una exploración ginecológica para descartar patologías pélvicas (dismenorrea, endometriosis, etc.), una evaluación hormonal que incluya las hormonas sexuales y tiroideas para descartar endocrinopatías (hipotiroidismo, diabetes, peri-menopausia , anorexia, etc.) y una valoración psiquiátrica.

Mientras que el estudio hormonal no suele aportar información relevante, la consulta al psiquiatra es conveniente no solo para evaluar los síntomas psico-emocionales sino también para hacer el diagnóstico diferencial entre la disforia premenstrual y el agravamiento premenstrual de otras enfermedades psiquiátricas (trastornos de personalidad, depresión, ansiedad, bulimia, etc.).

 

Cambios en el estilo de vida

Se han ensayado múltiples tratamientos que, en su mayoría, son de eficacia limitada.

  • Cambios en el estilo de vida
  • Hacer ejercicio aeróbicos de forma regular
  • Dormir, al menos 8 horas
  • Evitar el estrés y utilizar técnicas de relajación
  • No fumar
  • Disminuir el consumo de té, café y otros estimulantes
  • Cambios alimentarios
  • Reducir el consumo de sal
  • Hacer comidas escasa y frecuentes
  • Consumir frutas y verduras y alimentos con alto contenido en carbohidratos

 

Tratamientos

Aquellos casos en que los síntomas se manifiestan de forma menos intensa, los cambios dietéticos y en el estilo de vida pueden ser suficientes. En los casos en que la sintomatología es muy intensa, será necesario recurrir a tratamientos farmacológicos:

Antidepresivos y ansiolíticos

Los antidepresivos inhibidores selectivos de la re captación de serotonina son los fármacos de primera elección, administrados de forma continuada o intermitente a las dosis más bajas posibles.

La terapia conductual cognitiva puede emplearse simultáneamente o en sustitución de los fármacos.

Anticonceptivos hormonales.

Aunque existe controversia entre los diferentes estudios en relación con la eficacia de los anticonceptivos hormonales, algunos estudios publicados le atribuyen efectos beneficiosos en la mejoría de los síntomas físicos, sobre todo los que contienen drosperinona.

Diuréticos

Están especialmente indicados en los casos que presentan síntomas relacionados con la retención hídrica (aumento de peso, edemas, tensión mamaria, etc.).

Anti-inflamatorios no específicos (AINEs)

Tienen efectos analgésicos inhibiendo la síntesis de prostaglandinas en los tejidos, por eso estarían indicados para el tratamiento de la cefalea y los dolores musculares y articulares.

Otros medicamentos

El tratamiento con Agonistas de la Gn-RH, que inhiben la ovulación y provocan una castración química, solo pueden ser utilizados por periodos cortos de tiempo por sus efectos secundarios.

La eficacia de la suplementación con vitaminas (Vitamina D, B6) y minerales (calcio y magnesio) es controvertida.

Diferentes productos de herbolario y varias terapias alternativas tampoco han demostrado su escasa eficacia.

 

Si tienes alguno de los síntomas descritos más arriba durante la segunda mitad de tu ciclo menstrual, no dudes en ponerte en contacto con tu médico y, cuando acudas a tu cita, llévale una relación diaria de los mismos y de su intensidad, de cómo te has sentido y de qué forma han afectado a tu vida diaria.

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